domingo, 1 de marzo de 2009

El bautismo que nos salva

Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida...
...el bautismo que os salva: que no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en pedir a Dios una conciencia pura por la resurrección de Jesucristo, que llegó al cielo...
1 Pe 3, 18-22

Pedro nos habla de la muerte y resurrección de Cristo y del Bautismo. El bautismo de Cristo no es un simple ritual de purificación, como lo era antiguamente. No es agua sola la que nos lava, sino el Espíritu. En tiempo de Cuaresma vale la pena tener presente nuestro propio bautismo y lo que esto significa. Al ser bautizados, todos los cristianos recibimos un torrente de amor de Dios. Él nos acoge, como a Jesús, y nos llama hijos suyos. Su Espíritu es el que da un sentido diferente a nuestra vida. Toda vida humana encuentra significado en el amor y en la fraternidad, y esto es lo que nos une a los cristianos.

Por otra parte, muriendo y resucitando, Jesús da respuesta a uno de los grandes interrogantes del ser humano: ¿se acaba todo con la muerte? ¿Hay algo más allá? Jesús nos enseña que sí. La muerte es un paso, pero el Espíritu nos da una vida que es eterna. Detrás del morir hay otra vida, que ya no es caduca y perecedera, sino infinita.

Con esta certeza: saber que nuestra vida tiene sentido en el amor, y saber que más allá de la muerte nos espera una vida inmensa, junto a Dios, podemos comenzar el periodo de Cuaresma con ánimo renovado y el deseo de mejorar nuestra convivencia con las personas que nos rodean.

No hay comentarios:

Publicar un comentario