sábado, 14 de noviembre de 2009

Las ideologías y el progreso humano

Algunos pensadores sostienen que uno de los grandes cambios que ha traído la Modernidad es la sustitución de la religión y la fe en una vida más allá por las utopías agnósticas o ateas. Se ha pasado “del paraíso a la utopía”. De un buscar la vida eterna se ha pasado a perseguir un cielo terrenal, basado en ideas que proponen una sociedad igualitaria, justa y con bienestar, pero sin religión y sin Dios.

Sin embargo, la historia nos ha mostrado como estas utopías, a la hora de ser puestas en práctica, terminaban en regímenes autoritarios y en grandes genocidios. La caída del muro de Berlín, cuyo 20 aniversario hemos recordado hace poco, es una muestra rotunda del fracaso de esas ideologías.

En su encíclica Caritas in Veritate, Benedicto recuerda los avisos de sus antecesores y advierte de los peligros de las ideologías que niegan la trascendencia y quieren barrer literalmente a Dios del mundo y de la historia. Dice en el capítulo 14: «Pablo VI trató el peligro que representan para la política las visiones utópicas e ideológicas que comprometen su cualidad ética y humana. […] Ya puso en guardia sobre la ideología tecnocrática, hoy particularmente arraigada».

Y más adelante (cap. 17) afirma: «Los mesianismos prometedores, pero forjadores de ilusiones, basan siempre sus propuestas en la negación de la dimensión trascendente del desarrollo. Esta falsa seguridad se convierte en debilidad, porque comporta el sometimiento del hombre, reducido a un medio para el desarrollo».

Es así: cuando se niega la parte espiritual de la persona, aquella que da un sentido a su existencia, aquella que hace que toda vida sea sagrada, el ser humano se convierte en un objeto más, en un número, en un instrumento para unos fines. Y esto es lo que el Cristianismo no puede consentir: jamás la persona puede ser un medio, ni un objeto, ni un elemento más dentro de la trama social. ¿Cómo sostener la dignidad del ser humano sin una visión trascendente? ¿Cómo llevar a cumplimiento los derechos humanos sin un respeto absoluto por la persona como algo único, maravilloso, hecho a imagen de Dios? Una visión meramente mecanicista, biológica o evolucionista del ser humano no es suficiente para justificar los derechos y las libertades por los que la humanidad ha luchado durante siglos.

Las ideologías, dice Benedicto XVI, «con frecuencia simplifican de manera artificiosa la realidad». La pasan por el tamiz de sus principios, la fuerzan a encajar en unos esquemas mentales o filosóficos y generan unos postulados y creencias que luego se inoculan en las gentes a través de los medios de comunicación, el arte, el cine y la propaganda política. De esta manera, se va conformando un pensamiento colectivo, “políticamente correcto”, que va empapando a la sociedad y adormece su capacidad de crítica y de raciocinio. Cuando alguien se opone a este pensamiento inculcado a las masas, es tachado de reaccionario, de anticuado o de cerrado de mente.

Concluye el Papa (cap. 21): «El mundo necesita una profunda renovación cultural y el redescubrimiento de valores de fondo sobre los cuales construir un mundo mejor».

¿Cuáles son estos valores de fondo? Pues son los valores que en todo tiempo y en toda cultura han prevalecido, resistiendo las modas, las ideas del momento y los avatares históricos. Son esos valores que defienden prácticamente todas las civilizaciones y todas las religiones: los valores que apoyan la vida, que la hacen plena y auténtica y que defienden la integridad y la dignidad de toda persona y su verdadera esencia, como ser libre, con voluntad y capacidad de amar.

2 comentarios:

  1. Cada vegada veig més clar que la creença en una trascendència no és un afegit de la persona fruit del nostre raonament, sinó connatural. L'home és religiós per naturalesa. És allò de S. Agustí quan diu que Déu ens és més íntim que la nostra propia intimitat.
    Gràcies per ser-hi!
    Joan
    monsimfonic.blogspot.com

    ResponderEliminar
  2. Gràcies, Joan, pel teu comentari. Sant Agustí sabia molt bé de què parlava!

    He visitat el teu blog, m'ha agradat llegir les dues últimes entrades, sobretot la del silenci, i escoltar algun dels youtubes musicals que hi tens enllaçats.

    Com has arribat al meu blog, si no és molt preguntar?

    Gràcies per la visita!

    Montse

    ResponderEliminar