Del evangelio del 5º lunes de Pascua (Juan 14, 21-26): «El que me ama guarda mi Palabra, y el Padre y yo vendremos a él, y habitaremos en él. Y el Padre lo amará.»
Amar es más que sentir.
Amar es hacer.
Amar es obedecer —escuchar, hacer caso, confiar que su palabra es lo mejor para ti.
Dale lo mejor de ti: tu voluntad, tu libertad. No tanto "tus" obras, sino tu querer.
Y él vendra a ti... se albergará en ti. Tú serás su templo, su sagrario.
¡Ser habitado por Dios!
¡Ser habitado por el Amor!
¿Se puede recibir un don más grande?
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